Solo Material Orgánico
Preparamos nuestros propios fertilizantes orgánicos, en algunas ocasiones con recetas que tienen miles de años de antigüedad. Cada año tenemos el objetivo de producir al menos 1.200 toneladas métricas de compostaje para fertilizar los árboles. Nuestro establo tiene un pequeño rebaño de vacas Cebú (vacas sagradas en la India) que producen el estiércol que necesitamos. El compostaje implica triturar y astillar el material orgánico para acelerar su descomposición y los sistemas de tubería permite que allá un flujo constante de aire a través del compostaje, esto ayuda bastante. Cuando se hace ensilado para las vacas, también producimos Bokashi, ya que ambos, el ensilaje y el bokashi son procesos de fermentación. Para propagar los microrganismos eficientes (ME) producimos Ghana-Jivambritham o bolas de estiércol, que se usan cuando plantamos los árboles. Jivambritham es un fertilizante liquido usado para propagar ME en la noche. El mantillo se usa para proteger las raíces de los árboles y conservar la humedad del suelo durante la temporada seca. El objetivo de estos fertilizantes naturales es que dé como resultado una producción en el cultivo igual o mayor a la de los fertilizantes químicos, sin los problemas ambientales, del suelo o humanos asociados con los agroquímicos. Aunque la agricultura limpia es más costosa en términos de trabajo, es más rentable que la compra y transporte de largas distancias de productos de fábrica.
Biocarbón para la Retención de Nutrientes en el Suelo
El biocarbón (biochar en inglés) es carbón vegetal que ha sido activado con compostaje. La producción tradicional de carbón vegetal libera los gases de efecto invernadero (GEF) en la atmosfera. Nuestro enfoque es usar hornos de pirólisis que quemen todos los gases dentro del horno, de esta forma no produzca emisiones y usa poco combustible para hacer el carbón vegetal. Los sistemas tradicionales producen 100 KG de carbón vegetal por cada tonelada de biomasa, mientras que los hornos de pirólisis producen de 350 a 450 KG de carbón vegetal por cada tonelada de biomasa, haciéndolos muy eficientes y ambientalmente amigables. El biocarbón actúa como un agente de retención en el suelo, manteniendo la materia orgánica (compostaje o bokashi) y mejorando la capacidad de intercambio catiónico, un asunto importante en los pobres suelos tropicales. Nuestra planta de pirólisis puede producir hasta 5 toneladas de biocarbón por día usando ramas de las podas u otros materiales de las entresacas. Por ejemplo, una hectárea de Acacia mangium cuando se podan las ramas deja alrededor de 6 toneladas de biomasa, ideal para hacer biocarbón. Los hornos de pirólisis permiten controlar las temperaturas, a ciertas temperaturas se produce mejor capacidad de retención en el carbón vegetal que en otras temperaturas. En forestería el objetivo es aplicar 10 toneladas métricas de biocarbón por hectárea (1 kg por metro cuadrado) en los pobres suelos tropicales. Una vez que se ha aplicado al suelo, el biocarbón tiene un tiempo de semidesintegración de 1.000 años, lo cual lo hace un excelente nutriente del suelo y agente de retención de materia orgánica.